Cerebro, política y sociedad tienen una relación estrecha. En los últimos años se han realizado numerosas investigaciones orientadas a comprender el comportamiento político humano. Sociedad e instituciones pueden influir en el individuo para que este asuma un comportamiento político. Las técnicas de neuroimagen en general han aportado mucha información para entender cómo funciona nuestro cerebro político.
Cerebro de derecha vs cerebro de izquierda.
Un estudio reciente realizado en grupos de personas con tendencia conservadora o liberal ha mostrado que las personas con tendencia liberal tienen mayor actividad en la región anterior de la corteza del cíngulo, una zona que está relacionada con resolución de conflictos, reconocimiento de expresión facial del prójimo y valoración del placer o desagrado que produce una actividad, entre otras. En el caso de liberalismo extremo hay un aumento de la sustancia gris de dicha zona. En el grupo de personas conservadoras extremas se observó mayor volumen de sustancia gris en la amígdala derecha, zona relacionada con expresión de emociones incluida la respuesta al miedo, respuesta a hormonas sexuales, reacción ante invasión del espacio personal. Otro estudio mostró que al exponer a individuos frente a estímulos amenazantes (imágenes o sonidos), quienes respondían fisiológicamente a las amenazas en forma más intensa eran más conservadores (ideas de defensa del estado, de la pena de muerte). Los que tenían menor respuesta a los estímulos amenazantes presentaban ideas más abiertas (empatía con migrantes, rechazo a la pena de muerte).
Cerebro, neuronas espejo y política.
Las neuronas espejo son un grupo de neuronas de la región prefrontal que se activan cuando realizamos una acción o cuando vemos realizar una acción. Se plantea que son la base neural de la empatía, es decir la capacidad de ponernos en los zapatos de otros. Comprender el dolor, el sufrimiento o la felicidad de otros. Sentimos tristeza si mi interlocutor se ve triste o llora y reímos si el otro se ve alegre o ríe. Estas neuronas espejo tienen conexión con el sistema límbico que activa nuestra parte emocional. Algunos investigadores sostienen que en la política es fundamental la empatía en los electores. Esto se logra gracias a mensajes, discursos e imágenes que despierten sentimientos, entusiasmo, optimismo. Un estudio realizado en el 2004 (Marco Iacoboni) mostró como al presentar la imagen de un candidato (que estaba en plena campaña) las áreas cerebrales donde están las neuronas espejo aumentaban actividad en personas que tenían afinidad con ese candidato. Un estudio de control realizado meses después a estas mismas personas muestra como esa actividad se reduce. Los investigadores interpretaron esto como el efecto de la campaña negativa a la que se enfrentan los candidatos, que finalmente afectan al elector. Muchos candidatos que surgen como esperanza de una sociedad pierden popularidad gracias a campañas negativas en su contra.
Cerebro, genes y política.
Desde la década de los años 80 se han venido realizando estudios en gemelos para determinar la influencia de los genes en el comportamiento o las decisiones políticas. Los resultados muestran que la interacción genes ambiente son claves en definir un comportamiento político. Diversos estudios han mostrado que comportamientos como el altruismo, la empatía, cooperación, asumir riesgos en gran parte son conductas heredadas. Se han relacionado la presencia de genes que codifican para un determinado tipo de receptores de dopamina (DRD4), como un elemento que predispone a que la gente que lo posee tenga una tendencia política determinada. La dopamina no solo participa en el control de los movimientos, participa también en emociones y pensamiento. Amor, empatía dependen de la dopamina. Alteraciones en la función de la dopamina genera patologías tan diversas como Parkinson y esquizofrenia. Dado que la conducta política involucra más de una de estas conductas se plantea que en cierta forma la política seria dependiente de nuestra carga genética.
Los resultados actuales concuerdan con las funciones de dos áreas del sistema nervioso central el sistema límbico y el área frontal. El sistema límbico nos permite reconocer amenazas y garantiza nuestra supervivencia: alimentación, reconocimiento de amenazas del entorno, regula pulsiones sexuales para garantizar conservación de la especie (sentido de poder, sentido de pertenencia, territorialidad, dominancia, sexualidad). El área frontal permite controlar la parte límbica emocional y permite analizar, planear y proyectar acciones, lo que se denomina función ejecutiva (Planeación, ejecución, legislación, proyección, concertación, dialogo, tolerancia).
En la política en muchas ocasiones se trata de manipular la parte afectiva al presentar al elector aspectos negativos de los contrincantes políticos (se tildan de dictadores, corruptos, delincuentes, terroristas) y las amenazas que pueden presentarse (pobreza, miseria, comunismo, subdesarrollo). Se recurre para ello al lenguaje (el orador hábil tiene mayor influencia), medios masivos de comunicación (comerciales ambiguos con trucos y consignas ambiguas, encuestas manipuladas, debates televisados que pueden estar parcializados) en donde se puede ejercer influencia en un gran número de electores, quienes no tienen en muchas ocasiones la posibilidad de analizar la información.
La información obtenida hasta el momento no es concluyente y hace que se creen nuevos interrogantes de actualidad: Crecer en una familia de tendencia conservadora o liberal modifica la estructura cerebral?. Pueden traumas físicos o psicológicos modificar el pensamiento político de un líder (pensemos en el síndrome de Estocolmo)? El líder de extrema izquierda o de derecha, que polariza una comunidad, una sociedad o un país podría modificar la estructura cerebral de sus electores?.
El aumento en la información acerca de cómo funciona el cerebro frente a toma de decisiones y comportamiento político ha permitido que muchos investigadores hablen de una nueva área en las neurociencias: la neuropolítica. Existen numerosos artículos y libros que tratan múltiples aspectos de este nuevo tópico. Las preguntas que surgen alrededor de este tópico son amplias y muchos gobiernos están interesados en crear o han creado departamentos de investigación en esta área, lo cual abre discusiones éticas por la posible manipulación de esta información.