La familia es la base de la sociedad y la estabilidad social depende de que no existan confrontaciones, ni fragmentaciones.
Monogamia
Las relaciones de pareja se establecen mediante un acuerdo donde la monogamia es fundamental. La ruptura de este acuerdo tácito implica no solo la ruptura de la sociedad conyugal, también puede considerarse como delito.
Infidelidad y poligamia
En las sociedades donde la infidelidad y la poligamia son un delito, la infidelidad se considera como un acto consciente y voluntario que el individuo elige como conducta y que al ir en contra de la norma y la conducta social debe ser penalizada.
Sin embargo algunas investigaciones cuestionan este libre albedrio y plantean la posibilidad de que la monogamia y la poligamia estén determinados por los genes y la expresión de ciertos neurotransmisores en áreas específicas del cerebro.
Roedores y oxitocina
Una investigaciones realizada en roedores (campañoles americanos) con diferentes hábitats, mostró que roedores que habitan en grandes alturas tienen una tendencia a la promiscuidad y no establecen pareja fija; en comparación individuos de la misma especie que habitan en valles tienen una clara tendencia a la monogamia. El estudio de estos roedores mostró que a nivel cerebral los roedores de alta montaña tienen niveles más elevados de vasopresina y oxitocina en diversas áreas cerebrales.
Oxitocina y vasopresina tienen un efecto positivo en las relaciones de apego, selección de pareja estable, sentimiento de maternidad hacia las crías y reducción de estrés y agresividad en las hembras. Oxitocina y vasopresina son mínimas en los cerebros de animales promiscuos y si se reducen experimentalmente sus niveles en los animales monógamos esta conducta se pierde.
Análisis genéticos muestran diferencias de los genes ASVPR1A que codifican para los receptores de AVP (receptores de vasopresina) entre los dos tipos de roedores. Además de vasopresina y oxitocina también se involucra otro neurotransmisor, la dopamina, que está relacionada con el sistema de recompensa. La administración de dopamina aumenta el interés por una única pareja y el bloqueo de la dopamina reduce ese interés. Esto es importante tenerlo en consideración cuando se bloquea la actividad de dopamina; es el caso de los antipsicóticos empleados en pacientes con esquizofrenia.
Estudios recientes realizados en seres humanos han mostrado que aparte de los factores sociales, religiosos, legales que determinan la fidelidad, factores genéticos también podrían estar determinando el comportamiento monógamo. Un estudio reciente mostró que individuos con variantes del gen ASVPR1A mostraron ser más renuentes a comprometerse, a casarse, más dados al divorcio, más propensos a la infidelidad y presentan un mayor grado de insatisfacción con sus parejas.
De igual forma, en Londres, Inglaterra se realizaron estudios genéticos de hijos de mujeres casadas en los cuales se mostró que la carga genética no siempre corresponde con la del padre. El estudio además involucro a hermanas gemelas y se observó que la tendencia a la infidelidad era mayor en aquellas mujeres cuya hermana gemela había sido infiel. Estos estudios cuestionan el mito del hombre infiel y muestran que la infidelidad no es un comportamiento netamente masculino.
Estos incipientes estudios replantean conceptos sobre fidelidad e infidelidad, las cuales no solo dependen de factores sociales, religiosos, legales; también los genes pueden estar participando en este comportamiento. La penalización de este tipo de conductas debería considerar no solo el castigo, sino además una rehabilitación que garantice al individuo establecer y mantener una vida en pareja.