El tema del cerebro y el liderazgo es un área extremadamente compleja. El liderazgo es un tema que se ha estudiado y se estudia en el ámbito animal (invertebrados y vertebrados), pero que es relevante para la comprensión de los grupos humanos.
Desde la biología y la zoología, surgió la etología un área que aportó muchas luces acerca de las fuerzas biológicas que impulsan el liderazgo y su función. Tal vez la función más importante del liderazgo en una especie dada es la de garantizar la supervivencia de la especie, mediante la cohesión de un grupo que garantiza la supervivencia de la especie (búsqueda de alimento, movilidad, exploración, protección frente a riesgos) y su conservación (a través de la procreación).
El proceso involucra la selección natural, lo que permite usualmente a los machos sanos de una especie reproducirse, relegando a todos aquellos individuos que no poseen capacidad física para sobrevivir. Desde el punto de vista biológico es fundamental la puesta en marcha de circuitos neuroendocrinos, que forman el cerebro primitivo, que participan en funciones diversas que incluyen la función visual, motora, conductual (agresividad) y reproductiva (feromonas, hormonas sexuales). El macho líder ejerce un control sobre su grupo y los mecanismos para ejercer su liderazgo están relacionados con el uso de la fuerza y de infundir temor en su grupo y frente a otros grupos de igual o diferente especie.
Liderazgo y cerebro en el ser humano
En el ámbito humano, estos mecanismos biológicos básicos también son empleados, pero no son los únicos. Además del uso de la fuerza física resultado de la actividad del cerebro primitivo, están involucradas las actividades mentales superiores del neocerebro (lenguaje, juicio, raciocinio, toma de decisiones, etc.); para generar mecanismos de persuasión en donde se involucra el lenguaje para transmitir ideas.
Sin embargo en el tema de liderazgo podemos encontrar dos actores dinámicos: el líder y los seguidores. El líder debe poseer características especiales (edad, capacidad física, estatus socioeconómico, género, etc.) y su influencia, que depende de sus funciones mentales, puede producir resultados positivos o negativos, lo cual puede determinar la prosperidad y vida de él mismo y sus seguidores (Jesús, Ghandi, Martir Luther King) o el fracaso y la muerte de los mismos (Charles Manson, Adolf Hitler, Jim Jones).
La toma de decisiones por el lider al declarar una guerra, inducir luchas por afinidades deportivas, religiosas o raciales entre otras, dependen de las características del lider, su historia, sus vivencias y su pensamiento, que afectarán a sus seguidores. Los seguidores por su parte, como grupo de individuos, tiene características especiales (características emergentes propias del grupo) que no posee el individuo cuando está fuera del grupo.
Es diferente el actuar del individuo (padre o hijo de familia) cuando actúa en el seno familiar, que cuando actúa en un grupo político, religioso, deportivo, cultural o antisocial. En estos casos la responsabilidad individual se diluye en el colectivo y se crean patrones de conducta que usualmente son propios del grupo.
El líder puede manipular a sus seguidores y explotarlos para que cumplan objetivos personales, o puede ejercer como guía para lograr un beneficio colectivo. El carácter del líder, derivado de su adecuado desarrollo, su madurez neurológica y mental, será determinante para el destino del grupo.
Alteraciones en el desarrollo, estructura y función cerebral, debida a múltiples causas (enfermedades neuropsiquiátricas, uso y abuso de drogas, secuelas de trauma y violencia, entre otras muchas) puede alterar el carácter y la orientación del líder. Pero estas mismas características son aplicables a los seguidores y determinarán actitudes pasivas y conformistas del grupo o una actitud más proactiva y crítica.
Dada las crisis sociales actuales de todo orden y la sensación de ausencia de verdaderos líderes, este es un campo que requiere mucho más estudio y una aproximación transdisciplinaria que incluya no solo psicólogos, neurólogos, psiquiatras y/o neurocientíficos, sino que además incluya ciencias humanas y sociales en general.
El tema de estudio no debe ser exclusivamente, como hasta ahora, el de el líder y el liderazgo, debe involucrar el estudio de los seguidores lo cual, en un mundo donde las revueltas sociales son cada vez más frecuentes, puede contribuir a la comprensión y solución de muchas de las crisis actuales.